El té verde hace que los carbohidratos se liberen lentamente, favoreciendo el consumo de grasas y reduciendo los niveles de colesterol en sangre. Además, tiene propiedades antioxidantes, provenientes del polifenol, que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento.
El té verde también contiene cafeína, ayudando a la concentración al hacer de estimulante y eliminando la fatiga. Por si todo esto fuera poco, el té es también utilizado como digestivo tras una comida abundante o por indigestión. La parte mala de todo esto es que no hay que pasarse con la dosis, ya que tomar té en exceso puede derivar en insomnio, nerviosismo y otros síntomas similares.
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