Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son un conjunto de alteraciones cuya incidencia ha aumentado en la sociedades occidentales de una manera dramática y preocupante, ya que en los últimos 10-20 años se ha duplicado su aparición. Son trastornos que afectan principalmente al sexo femenino (el 90% de casos), debido al ideal de belleza que se ha impuesto en nuestra sociedad, siendo la "delgadez" algo más que una simple característica física y estética. Es por esto y por otras razones que explicaremos a continuación, que la prevalencia de este tipo de alteraciones ha crecido considerablemente.
Anorexia Nerviosa
En este post nos centraremos en que consiste la anorexia, en su descripción y definición, para que entendamos sus características y sea más fácil detectarla a nuestro alrededor. La palabra "anorexia" significa "falta de apetito" y muchas veces se utiliza en el ámbito médico como síntoma de otras en enfermedades.
Las síntomas principales de este trastorno para entender en que consiste la anorexia son:
- Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla de la persona (peso menor del 85% esperable).
- Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, aunque la persona se encuentre por debajo del peso normal.
- Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que supone para la persona el bajo peso alcanzado.
- Amenorrea (desaparición de la menstruación) en mujeres pospuberales, al menos tres ciclos consecutivos.
Existen dos tipos de Anorexia Nerviosa: tipo restrictivo (la persona utiliza la dieta, el ayuno o el ejercicio físico intenso para perder peso) y tipo compulsivo-purgativo (se usan atracones, purgas como edemas, laxantes o vómito o ambos para controlar el peso).
En muy habitual que el trastorno comience después de recibir un crítica directa o indirecta sobre su imagen o su cuerpo. A partir de ahí, la persona se pone a dieta, dismuyendo su consumo de alimentos en cantidad y controlando el tipo de comida que ingiere. Normalmente, la paciente se impone un peso "meta", el cual ella considera que es el ideal pero siempre terminan aldegazando un poco más por si acaso se gana algo de peso. Estos pacientes, llevan a cabo rituales alimenticios peculiares y estrategias para eliminar la sensación de hambre como usar anfetaminas o beber abundante agua.
¿Qué desencadena el trastorno? Es quizás una pregunta difícil de contestar, ya que después de muchos años de estudios sobre la anorexia, se ha concluido que la etiología es multifactorial, es decir, que en la aparición del trastorno se combinan muchos factores y de diversa naturaleza. Como prediponentes tenemos factores genéticos, ser mujer, tener entre 13 y 20 años, y otros de personalidad (introversión, trastorno afectivo), familiares y sociales (obesidad materna, familiares con trastornos afectivos, nivel social medio/alto, valores estéticos dominantes). En la aparición influyen los cambios corporales, rupturas conyugales de padres, críticas sobre el cuerpo, etc. Y en el mantenimiento los responsables son el aislamiento social, las consecuencias propias de no comer, las cogniciones anoréxicas, etc.
Las consecuencias y sintomas físicos principales que provoca el trastorno son: pérdida de las menstruaciones, dolor abdominal, estreñimiento, lanugo (vello corporal fino que aparece en zonas con falta de grasa), hipotensión, intolerancia al frío y diversos problemas metabólicos. El trastorno es más grave si comienza antes de que la persona se desarrolle físicamente, ya que las consecuencias pueden ser irreversibles.
Después de leer este post sobre en que consiste la anorexia, podemos ver que es un trastorno grave y crónico, que tiene una alta incidencia y que comienza en la adolescencia, cuando el cuerpo empieza a cambiar. Las mujeres son las más afectadas (sólo el 10% son hombres), siendo la prevención y la detección precoz aspectos importantes a tener en cuenta, para que la recuperación sea lo más satisfactoria posible y evitar la recaídas que puedan darse. Por ello, el entorno y la familia concretamente, deben estar alerta si alguno de sus miembros presenta este tipo de sintomatología.
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