En la época de nuestros abuelos este problema no existía,
pero con cada década que pasa la humanidad cada vez avasalla más contra los
recursos naturales, y eso implica que de
a poco vamos quedando atrapados en nuestra propia red. Este es un claro ejemplo
de eso: el alto contenido de plomo presente en muchos de los alimentos que
ingerimos.
Según estudios realizados por las universidades más
importantes del mundo, debido a la contaminación de los mares los pescados y mariscos
que consumimos poseen un alto nivel de plomo que luego al ingerirlos pasará a
estar en nuestro cuerpo. Es por eso muy importante tomar conciencia y ser
precavidos a la hora del consumo.
Los pescados y mariscos que poseen más concentración de
metales son los mejillones, berberechos, pez espada y pintarroja; mientras que
los de menor concentración son el panga y el bacalao congelado.
Esta información no deber alarmar, ya que estas especies si
bien son las que más metales concentran, se encuentran por debajo del límite
establecido por la Autoridad Europea de Seguridad Sanitaria y son óptimos para
su consumo, pero está claro que si los evitas será mucho mejor. En vez de eso procura elegir otras especies o en su defecto consumirlos de forma muy esporádica.
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