El ser humano dispone de diversos esfínteres en su cuerpo,
que funcionan como barrera para evitar que sus funciones corporales se lleven a
cabo en cualquier sitio. Especialmente importantes son los de nuestra vejiga,
que impiden que hagamos pis nada más empezar a sentir esa sensación ahí abajo.
Aprendemos a controlarlo de pequeño, pero a veces falla.
La incontinencia urinaria es un problema más cotidiano de lo
que pensamos, pero invisible porque la mayoría de los que lo sufren no lo
reconocen por pura vergüenza. Normalmente suelen darse a partir de una edad
avanzada, pero cualquiera los puede sufrir. Si notamos que estamos empezando a
no controlar tan bien los esfínteres, podemos optar por alguna solución:
- - Ejercicios de kegel, posturas para reforzar nuestra pelvis y aguantar mucho mejor esas ganas de ir al baño.
- - Ser muy conscientes de lo que podemos beber y no pasarnos si no queremos tener sorpresas desagradables.
- - Pensar en otras cosas y no concentrarnos en las ganas que tenemos de ir al servicio.
- - En los casos más graves podemos optar incluso por la cirugía, para resolver la incontinencia.
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