La mayonesa es probablemente una de las salsas favoritas de
todo el mundo, por lo deliciosa que está y por lo bien que acompaña a todo tipo
de comidas. A muchos, sin embargo, el sabor dela mayonesa industrial no acaba
de engancharles, y por eso prefieren realizar su propia salsa casera, algo que
por otra parte, también tiene sus peligros, como veremos a continuación.
Usualmente, la mayonesa no es una salsa difícil de preparar.
Debemos mezclar dos yemas de huevo con tres cucharadas de zumo de limón recién
exprimido, un cuarto de litro de aceite de oliva virgen y un poco de mostaza de
Dijon, junto con sal y pimienta al gusto. Podremos ir cambiando la receta para
adaptarla a nuestro propio gusto y conseguir la mejor mayonesa casera del
mundo.
Eso sí, hemos de tener mucho cuidado al guardarla, porque al
llevar huevo, es una salsa que puede estropearse fácilmente. Por eso la
meteremos en un tarro bien cerrado, siempre dentro del frigorífico, en las
baldas interiores, nunca en la puerta. Aun así, se recomienda consumirla en los
días siguientes a su elaboración por precaución.
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