Y es que estos aparatos suelen ensuciarse bastante, sobre todo cuando se usan en exceso, como ocurre durante esta época. No hablamos solo de polvo o suciedad, sino también de bacterias como la legionela o la salmonela, que pueden sobrevivir y expandirse a través de estos aparatos de aire acondicionado. Por eso su limpieza y su buen mantenimiento son tan importantes. También debemos cuidarnos de no poner el aire excesivamente frío, ya que una habitación normal puede refrescarse con la temperatura a 24º grados.
Hay gente que solo sabe estar con el aire puesto a 18 grados en casa, con lo que luego, al salir afuera, notará una diferencia mucho más grande, un golpe de calor que puede ser realmente peligroso. De la misma forma, la gente que duerme con el aire encendido puede despertarse con problemas de sequedad de garganta, o incluso resfriarse en esta época, algo bastante común sobre todo para los que abusan de las bondades del frío acondicionado. Utilizarlo a veces es imprescindible, pero siempre con mesura.
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