Nuestros pies tienen la carga de soportar todo nuestro peso constantemente, además de estar en contacto con el suelo, calzado mediante, con todo lo que eso conlleva. Incluso cuando los llevamos protegidos por medias, calcetines y un buen calzado, los pies pueden sufrir por ese contacto constante con el suelo duro, lo que hace que en muchas ocasiones aparezcan callos y durezas, especialmente en la zona de la planta del pie.
Esto es algo incómodo
puesto que nos dolerá al caminar, sobre todo cuando están empezando a formarse,
y pueden generar problemas incluso más graves si no les ponemos freno. Si los
atajamos a tiempo, cuando están en formación, podemos retirarlos nosotros mismos con una piedra pómez, siendo
cuidadosos de no raspar toda la planta del pie y concentrándonos solo en la
parte del cayo o la dureza. Existen también unas limas especiales que son perfectas para las durezas, sobre todo
para las de los talones, muy habituales con calzado nuevo.
Además de poder quitarnos nosotros mismos estos callos y durezas, no está de más tomar algunas precauciones para evitar que aparezcan. El calzado siempre debe ser cómodo, y si es nuevo, trataremos de ir ¨domándolo” poco a poco antes de estar todo un día con él de arriba para abajo. Las tiritas pueden ser también un buen remedio para evitar la formación de estos cayos en ciertas zonas del pie.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar, entre todos haremos de Experto Vida Sana un blog mejor.